El carbono en su estructura molecular tetraédrica crea diamantes, mientras que si lo hace en hexágonos crea grafito, pero una sola capa de grafito oculta al sorprendente grafeno.
¡Aprende más sobre este nanomaterial que fabricará pantallas flexibles capaces de plegarse y enrollarse tan delgadas como una hoja de papel!
Se dice que la Ciencia es siempre una muy buena inversión y que la curiosidad inquieta de los científicos siempre suma a la biblioteca de conocimientos del mundo.
Si pensamos que cada descubrimiento es una pieza de un gran rompecabezas, a medida que las piezas se van desvelando, es posible encontrar aplicaciones creativas y sorprendentes que beneficien el mundo en el que vivimos.
El futuro cercano definitivamente está acompañado de pantallas táctiles que encontraremos en todos lados, mismas que conectadas a Internet proporcionarán una gran cantidad de usos.
En el año 2010 los investigadores André Geim y Konstantin Novoselov de la Universidad de Manchester fueron galardonados con el Premio Nobel de Física por el descubrimiento del Grafeno; una impresionante capa de grafito con un átomo de espesor derivada del carbono que promete convertirse en la piedra angular para muchas aplicaciones nanotecnológicas en el campo de la electrónica.
El carbono posee la propiedad química de la alotropía, cualidad que tienen algunos elementos químicos para presentarse con estructuras moleculares diferentes, que también dan lugar a propiedades diferentes; digamos que son dos o más caras de la misma moneda.
Si el carbono se estructura molecularmente en tetraedros el resultado son diamantes, si se estructura en hexágonos apilados en capas, se forma al grafito y si aislamos una sola capa de grafito entonces obtenemos al sorprendente grafeno.
Algunas propiedades que encontramos en el grafeno son:
Es un material sumamente resistente, tanto o más que el diamante y doscientas veces más que el acero.
Es extremadamente flexible, elástico y transparente.
Es increíblemente ligero ya que mide tan solo una millónesima de milímetro, es decir, un átomo de espesor o un nanómetro.
Es un poderoso conductor eléctrico y térmico.
Posee una elevada densidad lo que evita que otras moléculas lo traspasen a excepción del agua.
Gigantes multinacionales tecnológicos como Samsung e IBM ya han puesto su mira en este material desde hace algún tiempo y se piensa que algunas aplicaciones de este sorprendente material nanotecnológico las encontraremos muy pronto en:
Fabricación de pantallas flexibles capaces de doblarse y enrollarse lo que supondría teléfonos celulares, tablets o televisiones tan portátiles y delgados como una hoja de papel o un pañuelo.
Alta sensibilidad de pantallas táctiles por sus magníficas propiedades para conducir la electricidad.
Baterías extremadamente eficientes y poderosas.
Chips y procesadores de computadora cada vez más pequeños y más poderosos que no se verán afectados por el calor.
Fabricación de celdas solares con una mejor conductividad y rendimiento que el del silicio actual.
Atentamente,
Antena Colegio